La familia Fort aseguró desde Elizondo la cobertura al 40% de los 5.000 navarros que emigraron a América en el siglo XIX. Un nuevo libro rescata un fondo documental único en el país.
Fueron huyendo de los males que aquejaban a una tierra herida por las Guerras Carlistas, yerma en frutos y con alternativas de empleo menguadas por el cierre de ferrerías, como sucedió en el siglo XIX en Cinco Villas. La promesa de un porvenir más halagüeño que sus raíces no podían asegurar empujó a jóvenes del norte de la Merindad de Pamplona -desde Ultzama o Sakana hasta Baztan-Bidasoa- a embarcarse en el siglo XIX con destino a América, principalmente Argentina o Uruguay. La pamplonesa Raquel Idoate Ancín, licenciada en Humanidades en la Universidad de Navarra y Máster de Estudios Avanzados de Historia, Espacio y Patrimonio en la UPNA que este jueves 21 de octubre cumple 37 años de edad, cuantificó en 4.000 los navarros que compartieron devenir. Su padre, Carlos Idoate, -que fue director del servicio de Archivos y Patrimonio Documental del Gobierno de Navarra, como su abuelo, Florencio Idoate, destacada figura en la investigación histórica y también director del Archivo- registró 1.200 baztaneses que trazaron la misma singladura entre 1840 y 1874.